domingo, 30 de septiembre de 2012

Bob Marley

Puede que no seas su primero, su último o su único. Ella amó antes, ella puede amar de nuevo, pero si ella te ama ahora ¿qué más te importa? Ella no es perfecta, tu tampoco, y los dos nunca podrán ser perfectos juntos. Pero si ella puede hacerte reír, hacerte pensar las cosas dos veces, y admitir que eres humano y que cometes errores, aférrate a ella y dale lo que más puedas. Ella puede que no piense en ti cada segundo del día, pero te dará una parte de ella que sabes que puede romperse... su corazón. 
Así que no la lastimes, no trates de cambiar su forma de ser, no analices y no esperas más de lo que puede dar. Sonríe cuando ella te haga feliz, hazle saber cuando ella te hace enojar, y extráñala cuando no esté. 

viernes, 14 de septiembre de 2012

Sintonizar

- Bueno, sea como sea sintonizamos bien.
Sintonizar... ¿Qué querrá decir? La sintonía es algo que tiene que ver con la música. O peor aún, con los circuitos. El amor, en cambio, es cuando no respiras, cuando es absurdo, cuando echas de menos, cuando es bonito aunque esté desafinado, cuando es locura... Cuando solo de pensar en verla con otro cruzarías a nado el océano.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

En medio de la calle

Puedes intentar odiarme y jurar que soy culpable de que todo esto terminó. Puedes despertar con otro y decirle que hemos roto, pero sigue vivo nuestro amor. 
Y eso es más fuerte que dejar pasar el tiempo, poner tierra de por medio y separarnos a los dos. Somos el uno para el otro y tu lo sabes, ya no encontrarás a nadie que jamás, te quiera como yo. Te abrace como yo. Te bese como yo, en medio de la calle. Y ahora dímelo, ¿quién más te hará reír? ¿Quién cuidará de ti? ¿Quién sabe lo que vales? Como yo...
Se que nos hemos hecho daño, que ninguno ha sido un santo, que cuesta demasiado perdonar. Pero hicimos algo grande, nos quisimos como nadie y eso siempre quedará. 
Cada momento que vivimos era un sueño, cada sitio era perfecto cuando te escuchaba hablar. Somos el uno para el otro y tu lo sabes, ya no encontrarás a nadie que jamás, te quiera como yo. Te abrace como yo. Te bese como yo, en medio de la calle. Y ahora dímelo, ¿quién más te hará reír? ¿Quién cuidará de ti? ¿Quién sabe lo que vales? Como yo...
No me he acostumbrado a estar sin tí, y decir a todos que no estás. Poner buena cara y sonreír. Ya dejé enterrado mi rencor, pero se que el tuyo no. Seguirás buscando a quién te quiera como yo.

martes, 11 de septiembre de 2012

Quiero mi cuento de hadas

Y he decidido vivir mi vida como un cuento de hadas. Solo que éste aún no está escrito. Soy yo la que elijo, paso a paso, momento a momento, soy yo la que escribo mi cuento. 

domingo, 9 de septiembre de 2012

Tengo ganas de tí

Y repentinamente, desde esa puerta entornada, desde ese salón lleno de personas desconocidas, de voces lejanas y confusas, de libros antiguos, de cuadros pintados por el tiempo, oigo una risa. Su risa. La risa de la que he añorado, de la que he buscado, de ella, que ha sido mi sueño de mil noches. Babi. Babi. Babi... Babi está sentada en un sofá en medio del salón. Es el centro de atención, cuenta algo y se ríe, y todos se ríen. Mientras yo, solo, me quedo en silencio. Ese es el momento que tanto he esperado ¿Cuántas veces en Estados Unidos, hurgando en los recuerdos, apartando momentos dolorosos, peñascos de desilusión, he llegado allí, al fondo, hasta encontrar esa sonrisa? Y ahora está aquí, frente a mí. Y la comparto con otras personas. Todo lo que era mío, sólo mío. Y repentinamente me veo corriendo a través de un laberinto hecho de momentos: nuestro primer encuentro, el primer beso, la primera vez... La explosión enloquecida de mi amor por ti. Y en un instante recuerdo todo lo que no he podido decirte, todo lo que hubiera querido que supieras, la belleza de mi amor. Eso es lo que hubiera querido mostrarte. Yo, simple cortesano admitido en tu corte, arrodillado delante de tu simple sonrisa, frente a la grandeza de tu reino, hubiera querido mostrarte el mío. Sobre una bandeja de plata, abriendo los brazos en una reverencia infinita, mostrándote mi regalo, lo que sentía por ti: un amor sin límites. Aquí tienes, mi señora, ¿ves? Todo esto es tuyo. Sólo tuyo. Más allá del mar y en el fondo, allí abajo, más allá del horizonte. Y aún más, Babi, más allá del cielo y más allá de las estrellas, y aún más, más allá de la luna y más allá de lo que se esconde. Eso es, éste es el amor que siento por ti. Y más aún. Porque esto es sólo lo que podemos saber. Te amo por encima de todo aquello que no podemos ver, por encima de todo lo que no podemos conocer. Ya está, eso es quizá lo que también hubiera querido decirte. Pero no pude. No pude decirte nada que tuvieras ganas de escuchar. ¿Y ahora? ¿Qué podría decirle ahora a esa chica que está sentada en el sofá? ¿A quién puedo mostrarle las maravillas de ese gran imperio que te pertenecían? Te miro y ya no estás. ¿Dónde te has metido? ¿Dónde está esa sonrisa que me convertía en náufrago de certezas, pero tan seguro de felicidad? Querría escapar pero no hay tiempo, ya no hay tiempo. Aquí estás. Babi se vuelve lentamente hacia mí.

viernes, 7 de septiembre de 2012


Cuando pierdes tiempo al teléfono, cuando los minutos pasan sin que te des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando piensas que si alguien te escuchara creería que estás loco, cuando ninguno de los dos tiene ganas de colgar, cuando después de que ella ha colgado compruebas que lo ha hecho de verdad, entonces estás perdido. O mejor dicho, estás enamorado, lo que, en realidad, es un poco lo mismo…