Bailar.

¿Sabes que es de lo único que tengo ganas? De bailar. Sí, quiero bailar, quiero saltar, quiero dejarme llevar por la música y volverme loca. Hoy me da igual todo lo que pase a mi alrededor, quiero sentirme libre y disfrutar de cada segundo. Quiero ponerme mi mejor vestido, mis tacones mas altos y mi mejor sonrisa. Quiero estar perfecta, verme perfecta y que me vean perfecta. Que mi único pensamiento sea pasarlo bien. Mover todo mi cuerpo, de la cabeza a los pies, como me salga de dentro, como me diga la música, sin importarme los demás. Quiero bailar hasta que no pueda más, hasta que me duelan los pies, hasta que se acabe la música, hasta que termine la noche. 

¿Sabes por qué tengo ganas de bailar? Porque cuando bailo se me olvida todo, me dejo llevar y mi cuerpo se mueve al compás de la música. Cuando bailo me siento bien, libre, ligera, siento que soy la única persona en el mundo. 

 

No pido tanto.

Sí, tienes las puertas de tu corazón abiertas, esperando a que llegue ese príncipe azul que te vuelva loca, estás deseando de conocer chicos nuevos. Pero ¿qué pasa con esa parte de tu corazón que no quiere olvidar a esa persona en concreto? ¿Esa que te hace dudar cada vez que alguien se te acerca? ¿Esa que te hace arrepentirte de algo que en verdad no te apetecía hacer? ¿Esa que te hace estar despierta hasta la madrugada? ¿Esa que de repente te recuerda a él? Porque puede que no te des cuenta, pero sigo sintiendo que eres parte de mi destino y necesito cumplirla, necesito tenerte aunque solo sea un segundo. Hoy solo te pido un abrazo, te pido que me escuches o simplemente que no pases de mí, pero en verdad te necesito más. Quiero algo más que eso. Quiero que creemos nuestro cuento de hadas, que vivamos en un mundo donde todo sea ilegal, que seas mi razón de vivir, que cada mañana me saludes con un "Buenos días, princesa" Quiero que vivamos cada segundo juntos como si fuera el último, quiero que me beses y me abraces con todo el cariño que tengas dentro. Pero no, se de sobra que no puedo pedir todo esto. Por eso tan solo pido tiempo. Tiempo, algo tan simple como tiempo. Y te preguntarás que para qué pido yo tiempo. Pues pido tiempo para pensar, para reflexionar sobre mí, sobre tí, sobre nosotros, sobre mis sentimientos. Tiempo para demostrarte todo lo que he sentido, siento y no se si sentiré. Tiempo para que te des cuenta de todo lo que hemos vivido aunque tú te empeñes en ignorarlo. Tiempo para que de una vez te tragues tu orgullo y tus palabras. Tiempo para que consigas hacer salir de tus labios ese te quiero que unos días sentiste y no te atreviste a decir. Tiempo para que pienses tú, en lo que sentías esos días en lo que sin querer me buscabas. ¿No pido tanto, verdad? 

¿Donde están esos momentos?

Cada día, desde hace mucho tiempo, recuerdas todo eso que ocurrió en un pasado y no entiendes como se ha podido perder. Sí, hablo de esos momentos que viviste con esa persona que fue, es y será tan especial en tu vida, esa que nunca olvidarás, esa que te ayudó a madurar y esa que por mucho que lo intentes nunca saldrá de tí, porque no está en tu mente, está en tu corazón. No eres capaz de encontrar el momento exacto en el que todo cambió, en el que pasó de ser el motivo por el que luchar cada día, ser él quien te diese esa ilusión de vivir y de conseguir compartirlo todo algún día con él. Recuerdas esos días casi perfectos, en los que solo faltó un beso, un te quiero o un ¿quieres salir conmigo?, en lo que cuando llegabas a casa te tumbabas en la cama con una enorme sonrisa pensando que todo era un sueño, que pronto podrías tener una fecha exacta del que sería el mejor día de tu vida. Pero ahora llegas a tu casa y te tumbas en la cama pensando en qué fue de vosotros, en como has perdido la ilusión y las ganas de luchar y seguir adelante, en como despertaste del sueño en el que todo era perfecto y ahora te chocas con la dura realidad de que nunca fue como tú pensabas. Le buscas el porque antes era cariñoso, se preocupaba por tí, quería estar cada minuto contigo y sin embargo ahora le das igual, no le importas, a veces hasta piensas que ya le das asco. Pero ¿qué ha pasado? ¿Por qué ahora es todo tan diferente? ¿Por qué por mucho que lo intentas no vuelves ha estar con él como antes? Hay millones de motivos que se te pasan por la cabeza, pero no eres capaz de saber o adivinar o de intuir cual es. Ahora sientes que has desperdiciado el tiempo, que has perdido algo muy valioso, que es imposible recuperarlo, que si no es él no es ninguno y.... ¿qué es lo único que puedes hacer? Llorar, callar, lamentarte, chillar, correr, insultarle, beber, fumar, bailar... Pero eso sí, siempre con la cabeza bien alta.

La amo.

Mi Wadinerviosa. Ella. No la cambio por nada. Es de lo mejor que tengo, siempre esta ahi para escucharme en esas horas de alternativa, en esos momentos de pavo. Ella me aconseja, me cuida, me hace feliz. Nuestros momentos de pavo no los cambio por nada y menos nuestras tonterias, que si Fuenimaginatih, Wadinerviosa, Atracción sexual, akunina tumorron, encaramelizate, kukuxumusu, pañuelitos al poder, alma de caramelo, ola soy Rihana y muchas otras tonterías que se nos ocurren cada día. Por esto y mucho mas, LA AMO.

Ese adiós que nunca llega.

Quisiera poder hacer salir de mis labios ese adiós que tantas veces he querido decir, ese adiós que pone fin a nuestra historia, a todo lo que hemos vivido, pero no, no tengo fuerzas, no tengo fuerzas para separarme de ti. Se que no puedo olvidar todo lo que he vivido contigo y si, me niego a perderte y sacarte de mi vida, ignorarte y hacer como si nada hubiese pasado. Porque aunque tú no te des cuenta hemos tenido momentos bonitos ¿Recuerdas aquel día que nos conocimos, aquella noche de Halloween, aquel cumpleaños, aquella tarde en que viniste sin avisar, aquel día a las 9 de la noche en que me llamaste para pedirme que saliese de casa porque tú estabas aquí en el pueblo, aquel carnaval, aquel día en que llegué a tu casa sin avisar, todos los cambios de clase y los recreos? ¿Recuerdas nuestra primera mirada, la primera sonrisa que compartimos, el primer abrazo que me diste, todos esas llamadas que ninguno de los dos queríamos cortar y todos esos parches y tonterías que me dices al cabo del día? Pues yo sí, recuerdo cada momento que he vivido junto a ti y los seguiré recordando todos los días de mi vida. 

Amigos que se van, amigos que vienen.

A veces, te da por mirar esas fotos viejas, en las que ya ni te reconoces. Esas en las que te avergüenzas de ti mismo y piensas que si alguien las viera cambiaría su opinión sobre ti. Pero sobre todo, sueles salir en esas fotos con gente que ya ni siquiera conoces. Sí, esas personas que por algunas cosas o por otras se fueron de tu vida de la misma forma extraña que cuando llegaron. Piensas en como la conociste, en como fue entrando en tu vida y en como salio de ella. En ocasiones no recordamos bien esas cosas, simplemente sabes que en su día fue de tus mejores amigos y que estabas siempre a su lado. Y otras, de lo que no nos acordamos es de por qué de repente se fue de tu vida esa persona con la que tantos momentos viviste, aquella con la que planeaste hacer tantas cosas juntos y con la que todas las tardes jugabas y lo pasabas tan bien. Puede que fuese una simple pelea de niños pequeños o que encontró a alguien mejor que tu. 
La vida, tan extraña como es ella, acaba devolviendo cosas a su lugar de origen y muchas veces recuperamos amigos de la infancia o simplemente los conoces mejor y todo lo que pensabas de ellos cuando no te prestaban sus juguetes o eras la única a la que no invitaba a su cumpleaños cambia por completo. Descubres el corazón de esa persona y dejas atrás los prejuicios o perdonas aquello que en un pasado pudo hacerte tanto daño porque ya ves una tontería no tener a una persona en tu vida por algo que ya no tiene importancia y sabes que tanto tú como la otra persona habéis cambiado y madurado. O también puede pasar lo contrario, que veas un día a alguien por la calle, que para ti sea como una extraña y decir: 'Mira, ¿ves aquella muchacha de allí? Pues fue una de mis mejores amigas en la infancia' y que te pregunten el qué paso entre vosotras y solo tener como respuesta un inseguro: 'No sé'

  Pero esto es ley de vida, hay amigos que conoces desde la infancia, amigos has ido conociendo a lo largo de tu vida y puede que no sean importantes pero te gusta tenerlos y saber que están ahí, amigos que llegan a tu vida y la revolucionan, amigos a los que no se les puede llamar amigos, amigos que mas que amigos son  como de tu familia, amigos que duran un rato y esos amigos que da igual el día, la hora y los ratos que hayas pasado con ellos porque sabes que vuestra amistad es INTOCABLE#

Culpable

No se por qué, pero siento que algo va mal. ¿Nunca has tenido esa sensación? Esa que te hace pensar que todo se va ha echar a perder, que lo que habías conseguido ya no sirve de nada, y que lo más probable es que llegue alguien y arranque todo lo que tu habías sembrado, lo que poco a poco estabas haciendo crecer o al menos intentándolo. Pues yo sí, y es como me siento ahora. Tal vez sea miedo a volver a perder o celos de ver como algo mejor te lo puede arrebatar todo en un segundo. Puede que yo sea la culpable de sentirme así, sí, sin duda soy la única culpable. Soy culpable por no estar pelando con todas mis fuerzas, culpable por dejar huecos demasiado grandes abiertos, culpable por no confiar en mí misma y sentirme siempre inferior, culpable por no saber aprovechar el tiempo, culpable por ponerme yo misma obstáculos o simplemente culpable por soñar demasiado e intentar hacer de cada momento de mi sueño su versión en la realidad.