domingo, 21 de junio de 2015

Hello Summer!

Y ya está aquí. El verano más deseado de nuestras vidas. Y es que todos los que acabáis de terminar bachillerato y la selectividad sabéis de lo que estoy hablando.
Si tuviese que definir estos nueve meses en una palabra, sin duda sería AGOBIO. Agobio que por fin ha terminado.
Para mí, este curso, el último en el instituto, el peor por una parte y el mejor por la otra. El peor claro está por lo denso del estudio. Tantas horas delante de los apuntes, tanto que estudiar en tan poco tiempo, tanta presión por alcanzar la nota que deseas. La decepción detrás de cada fracaso, porque ya no basta con aprobar. Esa sensación de "ya no puedo más" que todos hemos tenido. Esas horribles ganas de vacaciones, de no hacer nada o de pegarte una buena fiesta que te hiciese olvidar todo.
Y sin embargo, ha sido el mejor año por todas las personas con las que has compartido tanto los buenos como los malos momentos. Esos amigos que sabían como te había salido un examen con solo mirarte al salir. Esos a los que has estrujado antes de cada examen. Con los que has compartido largas horas de clase, tantas risas que quedan por los pasillos, tantos recreos llenos de dudas, risas y confidencias. Esos que sin duda te levantaban el ánimo y creían en ti cuando ni tú mismo lo hacías. 
Pero lo mejor, los escasos fines de semana que has podido disfrutar hasta la mañana. Porque sí, han sido escasos, pero en cada uno de ellos has disfrutado como si fueses a morir al día siguiente. Y eso ha sido lo mejor, disfrutar todo lo posible el poco tiempo que has tenido para abandonar los apuntes. Porque esperabas ese momento con ansias,sabiendo que no había nada que pudiese estropear ese día y que sí o sí, ese día te lo pasabas bien.
Por esto y más, no cabe duda que bachiller es una etapa inolvidable y que termina de la mejor forma posible: Graduación con los de siempre y barra libre.

sábado, 8 de febrero de 2014

Para los que odiáis la lluvia

Nunca he entendido y creo que nunca entenderé a aquellas personas que no os gusta la lluvia. A mí, personalmente, me encanta. Me parece maravillosa. 
Me encantan los día de lluvia y frío. Esos en los que lo único que te apetece es estar en casa, metida en la cama leyendo un bueno libro o disfrutando de una buena película, acompañada de una buena taza de té o chocolate caliente. Umm... Esos días son maravillosos. 
Los días lluviosos inspiran, de ellos nacen canciones, textos, escenas de películas, besos bajo la lluvia, afloran sentimientos. ¿Qué sería sin estos vagos días en los que las mantas son tu mejor guarida? 

miércoles, 5 de febrero de 2014

Sentimiento Mediocre

Hoy vengo a hablaros de ese odioso y estúpido sentimiento que experimentas cuando estás enojada hasta contigo misma. Me refiero a ese sentimiento que nos hace pensar, nos hace reflexionar, nos hace llorar a veces, porque de repente llega un momento en tu vida en el que frenas. Despiertas. Como queráis llamarlo, igual de horrible es. Te despiertas y te das cuenta que en verdad nada es como tú lo ves. O como lo quieres ver. Te das cuenta de que en verdad lo que tienes no es lo que deseas, no es algo por lo que has luchado o simplemente no te sientes orgullosa. Y entonces desesperas. Te frustras. Se te despierta esa parte de ti que dice ¿Qué estás haciendo ahí parada? ¿Por qué no te levantas y empiezas a hacer de una vez por todas lo que te gusta? Y la parte "cómoda" que ha estado camuflando esta pregunta, contesta. Y dice "porque soy cobarde" "porque tengo miedo" "porque se que no voy a conseguirlo". Y se equivoca. Como siempre. Porque nadie, ni tú misma, tienes derecho a decir que no eres capaz de hacer algo. Un consejo: no te pongas metas. Simplemente corre, hasta donde ya no puedas más. Y cuando estés allí, te darás cuenta de que puedes correr un poco más. Y te sorprenderás a ti misma. Sorprenderás a los demás. Y los más importante: estarás orgullosa de ti misma.

domingo, 7 de abril de 2013

Tú vs. tiempo

Ahora es cuando le toca jugar al tiempo. Él tiene ahora los dados. Él mueve ahora su ficha. Él decidirá si vuelve o si no. Él cicatrizará o simplemente camuflará. Y tú mientras esperas su jugada. Y es lenta. Dolorosa. Pero así es siempre ¿no? Eso es lo malo de este adversario. Nunca sabes qué ficha va a mover. Pero tú ya te das por vencida, y no ves que su huida quizá sea tu verdadera victoria. Tu "jaque mate". Pero lo malo de este juego es que tu contrincante, caprichoso como es, sólo te permite saber si eres vencedor o vencido cuando él ya se ha retirado.

sábado, 6 de abril de 2013

¿Dónde estás?

Se ha ido. Lo sabes. Lo sabes porque al irse ha ido rasgándote por dentro. Pero no has sentido ese dolor. No has querido sentirlo. Preferiste camuflarlo con eso que se hace llamar esperanza. Se va. Y sientes que tu vida ha quedado vacía. Que ya no tienes nada. Que ya no sientes nada. Que ya no te importa nada. Que da igual que allí afuera llueva, nieve o haga frío, porque tu interior es una tormenta continua. Que no cesa. Que no encuentra su sol. 
Y aquí es cuando empiezas a soñar tu vida. Tu vida perfecta. Tu vida de ensueño. Tu felicidad. Sí, sueñas con tu felicidad porque es la única forma de saber de ella. ¿Dónde está? Ah, sí. Se ha ido también.

jueves, 21 de marzo de 2013

Perdida

De esas tardes aburridas en las que llegas a tu casa y no hay nada que hacer. No hay nada o no quieres ver nada. De estos que te tumbas en el sofá y ni siquiera te hace falta encender la tele para no pensar en nada. En nada y en todo. Porque en verdad no sabes qué tienes que pensar. De estos días que hasta miras el horóscopo, esperando encontrar en él una explicación de todo. ¿Y qué encuentras? "Trata de dejar de preocuparte por todo el mundo y menos por ti, en esta oportunidad debes pensar en lo que tú quieres" ¿Oportunidad? ¿Qué oportunidad? ¿La de quedarme en casa sin saber que hacer con una tarrina de helado como única compañía? ¿La culpable de que todo me parezca mal? ¿La que hace que sientas que estás desperdiciando tu vida? Pero lo peor es: "debes pensar en lo que quieres"... ¿Y qué quiero? Siento que no me conozco. Me odio. Me odio a mí, a las señales, a las indirectas y a la señora ironía. Pero, ¿de qué me sirve? Odiando no voy a lograr encontrarme. Estoy perdida. Perdida, sí. Y mucho. Perdida en una selva de sentimientos, emociones y desilusiones. De sueños marchitos, de piedras y tallos cortados. De brotes, sí, pero no verdes, porque la realidad no les deja crecer. Perdida en un mar de dudas. Y pido auxilio. Pero nadie me escucha. Nadie me ve. Nadie puede oírme. Porque ni siquiera yo se que ayuda estoy pidiendo. 

sábado, 9 de marzo de 2013

Fragmento de un libro para aquellos que les gusta hablar de amor.

Noche de ventanas entreabiertas para recibir un atisbo de primavera. Noche de colchas que protegen y recuerdos que dejan dudas y un sabor un poco amargo en la boca. Niki de vueltas y más vueltas. A veces, el pasado hace que las almohadas resulten incómodas. Pero ¿qué es el amor? ¿Existe alguna regla, alguna maneras, una recta? ¿O es todo casual y sólo te queda esperar a ver si tienes suerte? Preguntas difíciles mientras el reloj con forma de tabla de surf colgado en la pared señala la medianoche. Fabio. Raro aquél día. No, hermoso. Todavía me acuerdo. Septiembre. Brisa agradable y cuelo azul oscuro de una noche apenas comenzada. Él y los otros tocando en un concierto improvisado en una nave abandonada, escenario inventado, mientras en una pared de cartón piedra algunos grafiteros entablan una competición de dibujos y spray. Nosotras habíamos ido allí por casualidad, gracias al boca a boca habitual de la calle, me gusta su estilo. Palabras de fuego para canciones funky que arañan el corazón. Y Olly venga a decir que está bueno que te mueres. Y cada vez que lo dice, yo siento una extraña punzada de fastidio. Porque es guapo. Me doy cuenta. Y de vez en cuando nos miramos, y él me señala mientras canta. Emoción de los que juegan a distancia, encima y debajo de un escenario improvisado, entre scratch y gente que hace popping y baila al ritmo rápido y explosivo que propone la música. Y después, sorpresa, vuelvo a encontrármelo en  el instituto, en otro grupo, y descubro que tenemos la misma edad, que me mira y me sonría. Sí, es realmente guapo. Comenzar a salir juntos después de las clases para ir a dar una vuelta en el ciclomotor, a tomar un helado o una cerveza en los centro cívicos, asistir a los ensayos de algún grupo en un sótano. Hasta que todo nos lleva a besarnos entre los sonido y colores de un sábado por la noche en un local. Luego el viaje continúa, y el beso se convierte en una noche solos aquí en casa; con mis padres en una de sus habituales cenas y mi hermano durmiendo en casa de Vanni. Una casa demasiado grande para una amor quizá demasiado pequeño. Él con una flor. Una sola, dice, porque al menos es especial, única, no perdida en un ramo, confundida con otras. Un beso. Unos solo no. Otro. Y otro más. Manos que se entrelazan, ojos que se buscan y encuentran espacios y panoramas nuevos. Esa vez. Momento único. Que desearías que no acabase. Que fuese el inicio de todo. Descubrirse vulnerables y frágiles, curiosos y dulces. Una explosión. Al día siguiente reúno a las Olas se lo explico todo y me siento grande. Él que me busca, viene a recogerme y me dice: 'Eres mía. No me dejarás nunca. Estamos demasiado bien juntos. Te amo.' Y después: '¿Dónde estabas? ¿Quién era ése? ¿Por qué no te quedas conmigo esta noche en vez de irte a la discoteca con tus amigas?' Y comprender que tal vez amar es otra cosa. Es sentirse ligeros y libros. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro, que no es tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día. Y se lo dices. Se lo dices a él. Y eres consciente de que hay respuestas que quizá deben cambiarse. Es preciso partir para volver a encontrar el camino. Fabio que me mira enfadado de pie, ante el portal. Y dice que no, que me equivoco, que somos felices juntos. Me coge por un brazo, me lo aprieta con fuerza. Porque cuando alguien a quien quieres se te va, intentas detenerlo con las manos, y esperas poder atrapar así también su corazón. Pero no es así. El corazón tiene piernas que no ves. Ya Fabio de va diciendo 'Me las pagarás', pero el amor no es una deuda que saldar no regalas créditos, no acepta descuentos. 
Dos lágrimas resbalan despacio, casi tímidas y preocupadas por no manchar la almohada. Niki se abraza a ella. Y por un instante se siente protegida por esa colcha que la separa del mundo.
Las doce y media de la noche. Niki vuelve a darse la vuelta. La almohada le resulta incómoda. Como un pensamiento puntiagudo colocado debajo del colchón. Ruido de cerradura que se abre. Reflejo de luz que llega desde el pasillo.
- ¡Desde luego, los Frascati son una pareja absurda! ¿Lo has oído? ¡Él se enfada porque su mujer no ha querido inscribirse también en el curso de tango! Pero ¡si a ella no le interesa para nada el baile!
Simona deja las llaves en la repisa como hace siempre. Niki oye el ruido. La imagina. Los oye hablar.
-Sí, pero para él eso sería un gesto de amor. Ya sabe que a ella no le gusta pero por una vez quisiera que fuese con él.
- ¡Ya, pero no se puede pretender que sólo porque alguien te ama debas soportar na cosa que no te interesa! ¡Él tendría que decirle: querida, haz tú también lo que te guste y después nos lo contamos en casa por la noche! ¡Así sería más divertido Hay un intercambio...
- ¡Claro! Tú por ejemplo, vas a hacer aerobic acuático y yo en cambio juego a tenis.
-¡Y a mí no se me ocurriría pedirte que te pusieses el flotador para hacer el curso conmigo y otras diecinueve mujeres! 
-¡En parte porque ya me dirás que iba ha hacer yo solo entre veinte mujeres vestido como un experimento de Leonardo da Vinci! ¡Un momento...,¿has dicho diecinueve mujeres? 
- ¡Sí, tonto! Pero todas neuróticas. A ti en cambio te ha tocado la mejor...
Un ruido de silla que se mueve, como si la hubiesen empujado. Después silencio, Ese silencio pleno. Profundo. El silencio de los besos. Ese que habla de sueños y fábulas, de tesoros escondidos. Los más bellos. Y Niki lo sabe. Y mientras aprieta con más fuerza la almohada piensa que quizá el amor verdadero sea el de sus padres. Uno amor simple hecho de días juntos, cada cual con sus propios deberes y aficiones. Un amor hecho de risas y bromas mientras se regresa a casa de noche, hecho de desayunos preparados por la mañana, de hijos a los que educar, de proyectos que aún han de realizarse. Sí, mis padres se aman. Y no han sido el primer amor el uno del otro. Se conocieron después de haber amado a otras personas. Y quizá no de este modo. Puede que sea preciso viajar antes de saber cuál es la meta adecuada para nosotros. Quizá cada vez que amas sea la primera.

jueves, 7 de marzo de 2013

Eh, míster amor ¿dónde cojones te has metido?

¿No eras tú el que decías que el amor es algo maravilloso? ¿No eres es que dijo aquello de "Lo mejor que te puede pasar en la vida es amar y que seas correspondido"? ¿No eres ese que quiso poner en el calendario ese puñetero catorce de febrero? ¿Para qué? ¿Para restregarnos a los que nos has fallado las maravillas que has hecho con los demás? Creo que ya es hora de que venga alguien a cantarte las cuarenta y a reclamar esa atención que nos falta a algunos. ¿Para cuándo nuestro cuento de hadas? Yo también quiero una historia de esas que acaban con un "y fueron felices y comieron perdices" ¿No te han llegado aún ninguna de nuestras lágrimas derramadas por amores imposibles? Será que el correo va con retardo. Porque ya hace tiempo que se fue ¿sabes? Hace tiempo que nadie ha venido a robarme uno de esos besos que te dejan sin aliento, ni he recibido una de esas cartas de amor que, dicen, te emocionan hasta el punto de que contener las lágrimas sea algo imposible. Hace mucho que no vienen unos brazos de esos que, dicen, te quitan el frío en invierno. Ya no conozco esas risas tontas que, dicen, suenan sin querer cuando estás enamorada. Dicen que el amor es lo mejor que te puede pasar en la vida. Y entonces, cuando no tienes amor, ¿es lo peor que te puede pasar?

miércoles, 6 de marzo de 2013

Te dejo que me ames así.

¿Y para ti, qué significa amar? 
Para mí amar no es tener ojos solo para una persona, es mirar a los demás y que esa persona te siga pareciendo única.
Para mí no es verla en tacones, con vestido ajustado y pestañas postizas, es verla recién levantada, sin pintar y despeinada.
Amar no es que te traigan el desayuno a la cama, es querer sus besos y su "Buenos días" como único desayuno.
Es cuando tienes más ganas de abrazarle que tenerla en tu cama.
Para mí es cuando cambias la palabra "follar" por "hacer el amor" 
Es cuando llegas a casa y hueles tu ropa esperando encontrar su olor. 
Cuando su mejor regalo no es un objeto, si no un recuerdo.
Para mí amar no es dedicarle miles de palabras bonitas al día, es demostrarle con gestos aquello que las palabras no pueden expresar.
Amar es preferir quedarte un sábado lluvioso gozando de la compañía de una peli, palomitas y sus brazos como manta. 
Es cuando a pesar del tiempo que pase al mirarle no puedas evitar esbozar una sonrisa. 
Para mí amar es pelear a cosquillas y besos.
Es sentirse dulcemente raptada.
Cuando lo único que importa es eso, amar, sin hipotecar el futuro.

lunes, 4 de marzo de 2013

Y tú te vas...

Pues sí, otra vez. Te vuelves a escurrir de entre mis dedos como si de fina arena de playa se tratase. Y ahora, ¿qué motivo hay? ¿Por qué razón me abandonas? ¿Y por cuánto tiempo? Porque volverás. Yo sé que volverás. Como siempre. Como tantas otras veces. Volverás preguntando qué fue de nosotros, pidiendo explicaciones de tu propia huida, prometiendo que nunca volverá a suceder... ¿Y sabes qué es lo peor? Que yo estaré esperándote, a ti y a tus sucias palabras. A ti y a tus falsos abrazos. A ti y a tus falsos te quiero. A ti y a tus mil maravillas que despiertan ese puñetero no se qué que sin ti está dormido, pero eres el único capaz de despertarlo. 
Y para mí quedarán esas noches con la almohada, que volverá a saber de ti, que escuchará esta historia una y mil veces más. Que acabará odiándote como yo no soy capaz de hacer. 
Y tendré que volver a aprender a vivir sin ti. Ahora que me había acostumbrado a tenerte. Ahora que me dejas cien recuerdos más. Más. Ahora más difícil. Y cada vez será peor. Hasta que este bucle termine. Hasta que la pescadilla por fin se muerda la cola. Hasta que el cuento escriba su último punto. Hasta que el sol se case con la luna.