lunes, 4 de marzo de 2013

Y tú te vas...

Pues sí, otra vez. Te vuelves a escurrir de entre mis dedos como si de fina arena de playa se tratase. Y ahora, ¿qué motivo hay? ¿Por qué razón me abandonas? ¿Y por cuánto tiempo? Porque volverás. Yo sé que volverás. Como siempre. Como tantas otras veces. Volverás preguntando qué fue de nosotros, pidiendo explicaciones de tu propia huida, prometiendo que nunca volverá a suceder... ¿Y sabes qué es lo peor? Que yo estaré esperándote, a ti y a tus sucias palabras. A ti y a tus falsos abrazos. A ti y a tus falsos te quiero. A ti y a tus mil maravillas que despiertan ese puñetero no se qué que sin ti está dormido, pero eres el único capaz de despertarlo. 
Y para mí quedarán esas noches con la almohada, que volverá a saber de ti, que escuchará esta historia una y mil veces más. Que acabará odiándote como yo no soy capaz de hacer. 
Y tendré que volver a aprender a vivir sin ti. Ahora que me había acostumbrado a tenerte. Ahora que me dejas cien recuerdos más. Más. Ahora más difícil. Y cada vez será peor. Hasta que este bucle termine. Hasta que la pescadilla por fin se muerda la cola. Hasta que el cuento escriba su último punto. Hasta que el sol se case con la luna. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario