miércoles, 29 de agosto de 2012

Los que mueren de verdad son los que no viven. Los que se reprimen porque les asusta el qué dirán. Los que hacen descuentos a la felicidad. Los que se comportan siempre de la misma forma pensando que no se puede hacer nada diferente, los que piensan que amar es como una jaula, los que nunca cometen pequeñas locuras para reírse de sí mismos o de los demás. Mueren los que no saben ni pedir ni ofrecer ayuda.

lunes, 27 de agosto de 2012

Ya no se ni lo que siento.

¿Nunca habéis tenido esa sensación de incertidumbre al no saber exactamente a quién dirigir tus sentimientos? Pues yo sí, y lo estoy sintiendo ahora. Es una situación extraña, porque siempre se supone que hay algún chico que cuando lo miras se te corta la respiración, que se te acelera el corazón cuando lo ves por la calle o que hace que te pongas nerviosa cada vez que hablas con él. Pero, ¿qué pasa cuando no hay ningún chico que te haga sentir eso, cuando tus pensamientos no tienen dirección, cuando en tus sueños no aparece tu príncipe azul? A veces hasta me preocupo, me siento rara y cuando hablan de amor nunca se que decir. Debería estar más feliz, porque no hay nadie que me haga sufrir, pero sin embargo noto que me falta algo. Y ese algo es el amor. Pero solo los señores tiempo y destino sabrán cuando llegará. 

jueves, 23 de agosto de 2012

Cuando las palabras no bastan. Porque dentro quema algo que no se puede decir. Que no se consigue decir. Cuando quien tienes delante, en lugar de darte la respuesta que querías, dice otra cosa. Dice más, dice demasiado. Ese demasiado que es nada, que no sirve para nada. Y que hace el doble de daño. Y el único deseo es devolver ese dolor. Hacer daño. Esperando así sentirse un poco mejor.

lunes, 20 de agosto de 2012

Enamorarme

¿Sabéis de qué tengo ganas? De enamorarme. Sí, tengo ganas de volver a sentir esas mariposas en el estómago cada vez que veo a ese chico que para mí es especial. Me gustaría volver a sentir esos cálidos abrazos cargados de sentimientos inexplicables, esos que solo él te sabe dar. Se que puede sonar estúpido, pero me gustaría tener alguien a quién regalarle cada catorce de febrero, tener esas tardes de besos eternos que no quieres que acaben y sentir esa llama de amor dentro de mí. Quiero tener a una persona con la que caminar de la mano, con la que compartir miles de sonrisas, besos, abrazos y caricias, con la que sentirme querida. No tengo miedo de volver a derramar lágrimas de amor, no se han ido las ganas de luchar y los malos recuerdos no me frenarán. Amar y sentirme amada, eso es lo que quiero.